Las soluciones se definen como mezclas homogéneas de dos o más especies moleculares o iónicas.
Las soluciones gaseosas son por lo general mezclas moleculares. Sin embargo las soluciones en la fase liquida
son indistintamente mezclas moleculares o iónicas. Cuando una especie molecular o iónica se dispersa hasta el grado de que, a una
temperatura dada, no se disuelva más, se dice que la solución está saturada. Los componentes de una solución son las sustancias puras que se han
unido para obtenerla y convencionalmente reciben los nombres de soluto y solvente. Este último es el componente que se halla presente en mayor cantidad.
Para expresar la concentración de las soluciones se utilizan los términos de diluida y concentrada. Pero estos términos son imprecisos,
ya que no indican la cantidad de soluto disuelto en una cantidad dada de solución o de disolvente, es decir, la concentración exacta.
Las unidades físicas de concentración vienen dadas en masa o en volumen. La primera es la comúnmente usada.
Por ejemplo, una solución al 10% m/m contiene 10 gramos de soluto en 90 gramos de disolvente. Se utilizan soluciones % m/m; % v/v, % m/v.
Las unidades químicas en la que se expresan las concentraciones son los moles y los equivalentes – gramos.
Se utilizan soluciones molares, normales y molales.
Molaridad: es un valor que representa el número de moles de soluto disueltos en un litro de solución (mol / L).
Para preparar una solución de una molaridad dada, se pesa la cantidad calculada de la sustancia (soluto),
se disuelve en una pequeña cantidad de solvente (agua destilada u otro) y finalmente se completa hasta el volumen deseado con el solvente.
Normalidad: un valor que representa el número de equivalentes – gramos de soluto contenidos en un litro de solución (equiv.gr./ L).
Muchas veces es conveniente expresar la concentración en unidades de masa empleando la molalidad.
Molalidad: es un valor que representa el número de moles de soluto disueltos en un kilogramo