Speech of the student Alejandro Ghersi
Speech of the student Alejandro Ghersi
año 2006-2007
“CLASS OF 2007”
Wednesday , July 18th, 2007
Queridos Profesores, Padres, hermanos, familiares y amigos.
Estimada Sra. Saiden, Queridos miembros del cuerpo académico y administrativo.
Gracias por las oportunidades que nos brindaron y la paciencia que tuvieron.
Queridos Compañeros: lo logramos!
Gracias a la X7 por estar allí conmigo desde el primer día; es un honor poder dirigirme a ustedes en un día tan especial y voy a intentar al máximo de mis capacidades cumplir con la monumental labor de poner en palabras lo que sé que sentimos hoy. Quiero informarles, previo a mi discurso, que acabo de darme cuenta que soy uno de los pocos obstáculos que les queda a los padres para abrazar a sus hijos y tomarse una foto con medalla y diploma. Estoy seguro de que cada segundo que pasa les debe parecer una eternidad por la y anticipación que sienten: por esto, me tomaré mi dulce tiempo (pausa).
Pero con toda seriedad, debo decirles que cuando me comunicaron de su decisión de permitirme presentar este discurso, me quedé preocupado (breve pausa). Preocupado simplemente porque he compartido con ustedes apenas tres años—aunque ya saben que me hubiese encantado compartir mi vida entera en el Colegio. Sin embargo, poco después me di cuenta de que este hecho no era un obstáculo, sino más bien una ventaja en mi búsqueda de retratar lo mas fielmente posible a la clase Jefferson del 2007. Entiéndanme, luego de haber estado aquí por tan solo tres años, se me ha hecho posible contrastar nuestra clase con las otras en las que he estado, y es en este proceso que me di cuenta lo realmente único que es esta promoción y este Colegio. Hace tiempo ya desde que la X7 es más que la suma de sus integrantes. Su influencia en nuestras vidas va mucho más, estoy seguro, de lo que podremos entender el día de hoy. Y es que les hablo ya por experiencia propia cuando digo que lo que veo aquí hoy no es algo cotidiano; nuestra compenetración es tal que va más allá que aquella de simples compañeros de clase– somos como una familia. Es por esto que con calma les puedo asegurar que la X7 no muere hoy, ni morirá jamás. Estas memorias quedan para siempre. Que tristeza me da que aquel refrán se cumpla una vez más: ¡uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Hemos tenido gran fortuna en conocernos bajo el techo del Colegio Jefferson y más suerte aún en tener los padres que tenemos. De parte de todos, nuestro mayor sentimiento de agradecimiento hacia Uds. Padres y Madres., cuyo incansable empeño en nuestra formación ha sido la base de nuestra educación. Incondicionales y constantes, nuestros logros son sus logros, y somos las personas que somos gracias a Uds. Un aplauso fuerte para nuestros padres, por favor. Igualmente, que no se nos olvide agradecerle a aquellos sin quienes no pudiésemos estar aquí. A los profesores, nuestro enorme respeto y gratitud, ya que con dedicación, determinación, paciencia y disciplina llevaron a cabo la labor de enseñarnos mucho más de lo que contemplaba su plan de evaluación. Estoy seguro que su huella indeleble como guías y amigos no tiene precio. Gracias.
Pero volvamos a lo nuestro: sin tomar en cuenta el aumento de ingresos que ha experimentado Le Club los días los jueves y domingos gracias a algunos de nuestros compañeros, estamos aquí porque trabajamos para nuestro titulo de bachiller. Lo merecemos.
Sin embargo, me permito la osadía de afirmar que hay algo mucho más importante creado por nosotros hoy que lo puramente académico. Nuestra unidad. Si bien es cierto que nosotros somos parte de la X7, también lo es que la X7 es parte de nosotros. Sé que hay memorias de sobra a pesar de que parece ayer que comenzamos quinto año! (Pausa) Cosa que me lleva al siguiente punto:
Recordemos: las memorables celebraciones en casa de nuestros amigos Rafael, Sofía (de las cuales nos acordamos inexplicablemente poco por alguna razón), la dramática salida a las calles reclamando nuestros derecho de libertad de expresión, la venta más masiva de tortas dada en la historia de la humanidad en 4º año, los moretones que marcaron nuestras diarias carreras a la cantina, nuestra dulce victoria futbolística en los partidos de 4º vs. 5º, las travesuras en el salón, las movilizaciones toscas de automóviles, los cuentos del profesor Pedro, el color anaranjado, lavarnos el pelo con caraotas en el campamento La Encantada, nuestro equipo de baile femenino sin derrota, aplazar colectivamente alguna u otra evaluación que mencione la palabra “hipotálamo”, cantar cumpleaños en el patio hasta que nos mandaran a hacer silencio, la máquina de nescafe, nuestro grupo de gaitas, insolarnos bajo el furioso sol de Margarita en Semana Santa y así pudiese seguir eternamente.
A la final, se que aprendí lo mejor que he aprendido junto a los mejores que he conocido y mi única preocupación en este momento es: ¿como podré superar esta experiencia en mi vida?
Es muy dulce el sabor de logro y muy amargo el de decir adiós, por esto, no lo diré. Cuando esté listo, les mando un e-mail en cadena, algo así… o los llamo. Hoy no. Hoy celebremos que lo merecemos. Gracias por hacerme una mejor persona y darme los mejores años de mi vida Colegio Jefferson. X7